Los amigos de Bopki me han enviado un lote de cremitas para dar a conocer la nueva creación de La Roche-Posay: Toleriane Ultra.

Ya hace más de una semana que la tengo y no he querido contaros nada antes porque quería estar segura, pero ya no tengo dudas: ¡FUNCIONA!

Toleriane Ultra está especialmente indicado como tratamiento para pieles ultrasensibles y alérgicas. Mi piel no es alérgica, pero sí altamente sensible. Y ya no digamos en pleno invierno, cuando paso del frío polar del exterior en moto a los interiores con calefacción funcionando a tope. Estoy deseando poder probarla en esas circunstancias, ya que por ahora este otoño está viniendo más caluroso que el verano. Pero aún así puedo decir que en este tiempo, los habituales puntitos negros en relieve que producía mi nariz y que debía exfoliar a conciencia cada semana no han vuelto a reproducirse. No he tenido una sola marquita roja en toda la cara durante este tiempo. Y para colmo, la sensación en toda la piel es de bienestar total… es como llevar una película protectora durante todo el día… contra la contaminación, el frío…

Además su genial packaging resulta súper práctico y sobre todo seguro, a la hora de garantizar que el contenido no se contamina en ningún momento. Esto te anima también a ser más cuidadosa a la hora de aplicarte la crema: recordad, manos muy limpias y piel de la cara recién lavada y tonificada. Tiene el tamaño justo para poder llevarte al gimnasio o de viaje y se aprovecha hasta el final, sin necesidad de estar apretando el envase.

Para más información, os dejo el link de Toleriane: http://www.laroche-posay.es/productos-tratamientos/Toleriane/Toleriane-Ultra-p5450.aspx

Si queréis formar parte de la comunidad Bopki, para que también a vosotros os envíen muestras de todo tipo de productos, enviadme vuestros datos (nombre, apellido y dirección de email) a: arivilas78@yahoo.es

Como todo lo vintage está de moda, se ve que el mundo del helado también se sube al carro del revival… ¡y nosotros tan felices!

Quién no echa de menos aquellos Frigopiés originales (no los que venden ahora, que están como medio insípidos), los Dráculas,  los Negritos, los Twister y los Twister-Choc…

Porque ahora también hay Twister… pero aunque le llamen igual es un simple sucedáneo, como hicieron con el Bollycao cuando le quitaron colesterol… el Twister actual es sólo rojo y amarillo, medio insípido, extra largo y aún encima a un precio prohibitivo! ¿Pero qué se habrán creído los señores fabricantes de helados? ¿Que somos tan ricos como ellos? (hablo de millones, claro, que deliciosos somos todos rato largo, ¿a que sí?) ¿Que nos la pueden colar? Pues no tan fácilmente… porque por suerte, contamos con las marcas de distribuidor, que cada vez están desarrollando más y más productos acertados. ¿Por qué? Porque desde que empezó a hablarse de crisis, el público se lanzó a por las marcas de distribuidor, que han crecido como nunca y gracias a esto pueden destinar recursos a realizar estudios de mercado, que han dado como resultado que sería una gran idea RECUPERAR productos ya descatalogados por “moda”, más que por falta de éxito en su día… el destructivo marketing dictaminó que X producto debía dejar hueco a otro nuevo que aportara aires de futuro y el antiguo producto simplemente desapareció, dejando a todo su público, a sus fans, con las ganas de seguir consumiéndolo. Pues bien, la crisis ha traído la moda vintage y con ella hemos recuperado por ahora (y que yo sepa) el famoso Drácula (hay versiones en Lidl y Mercadona, pero como yo no era fan, no puedo aconsejaros al respecto), el Frigodedo (tampoco he probado sus versiones, también presentes en Lidl y Mercadona) y el Frigopié, entre otros. El Frigopié tiene su versión más sublime en Mercadona, distribuidor que lo comercializa mediante su marca Hacendado y que ha bautizado al heladito con el nombre de Huellas. Muy apropiado: en vez de ir mordiéndole los dedos encarnizadamente al pobre pie, simplemente te comes “el rastro del delito”. Textura tipo mousse, sabor exacto al Frigopié ochentero y precio fantástico… además son helados Sin Gluten, totalmente aptos para celíacos.

Más próximos a nuestro tiempo, escapándome ya de los 80, recomendaré las imitaciones del MaxiBon de Lidl y Mercadona (de nuevo, pero es que en helados son buenísimas: Carrefour suele fallar en chocolates y Alcampo en la textura del helado). Lidl tiene la versión con el chocolate más puro (con menos leche), más cantidad de crocante y la galleta más parecida al original; Mercadona, capa de chocolate algo más gruesa, chocolate más cargado de leche y galleta con dibujo en redecilla, aunque de textura alejada al barquillo, como el original. La ventaja de Mercadona es que ofrece dos formatos: una caja que contiene 6 helados más pequeños u otra con 4 unidades de mayor tamaño. Sólo he probado la caja de 6 y no puedo confirmar si la calidad es la misma en la de 4, pero si alguien puede compartir esa información con nosotros, estaremos encantados de leerla.

No recomiendo la versión en sabores de naranja y de limón del Calippo que ha sacado Hacendado, con el nombre de Sorbetes. Están muy buenos, pero dejan una sensación horrible en el paladar cuando los has terminado. Tal vez sea cosa mía, pero por si acaso, yo no los recomiendo. Si alguien se atreve, o ha picado ya, como yo, nos encantará leer su opinión al respecto.

Para terminar, con esto de los helados sí es importante la suerte que tengas de cogerlos cuando acaban de reponer y no cuando ya llevan días en ese frigo que todo el mundo abre y que nadie cierra (un poquito de respeto, señores, al medio ambiente y al próximo cliente: cierren las puertecicas de los lineales de frío del súper), de no pillar colas en caja y tráfico en la calle, para poder llegar a casa sin que se haya roto la cadena de frío… Estos factores y otros muchos más tendrán que ver en que el helado esté perfecto cuando llegue a vuestra boca o simplemente pasable.

Esta mañana nos despertábamos con la noticia de que ya todas las distribuidoras (cadenas de súper e hipermercados) cuentan con su propia marca. Se veía venir, por la fuerza que han tomado desde el inicio de la crisis.

Es el día ideal para empezar con la explicación prometida:

MARCA vs. MARCA DE DISTRIBUIDOR vs. MARCA BLANCA.

Os sorprenderá saber que apenas habréis visto un producto de marca blanca.

Sin embargo, ya todo el mundo tiene en sus neveras y despensas un montón de productos de marca de distribuidor.

Os explico:

MARCA es el valor añadido que el productor es capaz de generar para su producto. Nadie se compraba vaqueros LEVI’S hasta que los propietarios de la marca decidieron venderlos a un precio muy superior al que venía siendo habitual. Fue su estrategia para generar la sensación de que se trataba de un producto de calidad y además al alcance de unos pocos, a priori. Por lo tanto, Levi’s es una marca con el valor añadido de la exclusividad. En alimentación, Actimel (de Danone) insiste en sus anuncios en que “Actimel es único, por eso Danone no lo fabrica para otras marcas“, para dejar claro que sea cual sea la marca de distribuidor que compremos, ese producto NO será auténtico Actimel que, según ellos, es el único que elimina el “efecto transparencia” en el ser humano. He de decir que, en mis inicios como consumidora consciente, cuando el primer supermercado Dia llegó a mi ciudad y yo todavía estudiaba en el cole (así que puedo decir que hará como poco 15 años), aquellos yogures de marca Dia llevaban una letra pequeña que indicaba que habían salido de la fábrica de Danone, nada menos!  (¡quién te ha visto y quién te ve, Danone!). Sólo me queda decir que habitualmente para diferenciar a las MARCAS de las demás variantes, se les suele llamar PRIMERAS MARCAS.

Pero seguimos con la explicación: MARCA DE DISTRIBUIDOR es cualquier marca que no contenga más valor añadido que el de su distribuidor. ¿Que quién es el distribuidor? Pues el súper, híper o cadena de tiendas que distribuye ese producto: Alcampo, Gadis, Carrefour, Lidl… La mayoría de ellos tienen más de una marca, dependiendo del sector: una marca para los productos de cosmética; otra diferente para alimentación… Es el caso, por ejemplo, de Mercadona, con Deliplus para belleza; Hacendado para alimentación; Bosque Verde para productos de limpieza… Suele tratarse de productos fabricados por otras marcas (por ejemplo, Casa Tarradellas), que obtienen así un mínimo de ventas garantizado. En este caso, un mismo producto compite en el lineal como si se tratara de marcas diferentes Casa Tarradellas vs. Hacendado. La pericia del consumidor debe ayudarle a darse cuenta de que lo único que paga a mayores en la primera marca en este caso es la producción y emisión de los anuncios de la tele y no una calidad superior. En otros casos, sin embargo, sí vale la pena gastarse unos euros más en comprarse la primera marca… ¿cómo saber cuándo sí y cuándo no? Yo trataré de ayudaros.

Para terminar, está la MARCA BLANCA, que en la actualidad prácticamente no existe. En su día vi algún cartón de leche LECHE en Alcampo… Pero poco más. Y es que la verdadera marca blanca no es más que eso. Una caja “en blanco”, sin nombre, que sólo te indique qué producto contiene y nada más.

Me asusta que incluso Wikipedia explica este término de un modo erróneo… Aunque claro, los propios integrantes de Wikipedia recomiendan emplearla como principio para una investigación y no como realidad que sentencia.

Y una vez llegados a este punto, me despido con la promesa de volver muy pronto esta vez y con contenidos enormemente útiles y entretenidos.

Feliz semana.

Soy compradora profesional… Eso es algo que se lleva dentro al nacer, no se adquiere con los años, ni con la práctica… Aún así, no hace demasiado tiempo que he conseguido el título que además me acredita oficialmente como tal.
Por esto y porque soy una ejecutiva publicitaria, licenciada en Publicidad y RRPP quienes padezcan titulitis valorarán lo que yo diga acerca de mis microestudios de mercado.
Para las demás personas, dejaré claro que soy una mileurista soltera e hipotecada hasta las cejas que, gracias a un dominio magistral de la microeconomía (por obligación), consigo llegar a fin de mes, ahorrar de vez en cuando y mantener mi coche y mi moto.
No dejo de ser, por vocación, una adicta a las compras racionales, fan del antiguo lema de Colón, el detergente, no el descubridor (el de “busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo”), también muy dada a probar ese producto que nadie había visto antes en el lineal del súper y todo lo nuevo que descubro de las marcas de distribuidor (lo que soléis llamar “marcas blancas”, que en realidad son otra cosa, ya os contaré)…
En esencia, hablaré de compras eficientes para economías reducidas… porque GASTAR se convierte en INVERTIR, si sabes cómo hacerlo.